Se escriben para difundir ideas, datos o conceptos, por lo tanto, se mantienen dentro de la objetividad a través de un lenguaje claro y preciso.
Se prefiere el uso de la primera persona del plural, ya que no se está haciendo referencia a la subjetividad o emociones de la persona; sin embargo, últimamente se prefiere el uso de la primera persona del singular porque hace más cercano el texto al lector y es una forma de comprometerse con el contenido. Tú puedes elegir cómo redactar el tuyo.
Presentan, en su estructura, una introducción (muestra el tema del que se hablará a lo largo del texto), un desarrollo (donde se aportan datos y detalles sobre dicha temática) y una conclusión (resume los puntos importantes de lo que se trató).